No hay nada como encontrar chollos para poder viajar y Nicole y yo los encontramos!!
Nuestra primera parada fue a Oslo donde nos quedamos a dormir en casa de Silvia, una amiga que está de Erasmus allí y que vino a visitarme unos meses antes.
Después de ver un poco el centro de la "city" nos fuimos a su casa.
Los alrededores eran impresionantes!! Un lago helado, rodeado de montañas y pinos era el paisaje que nos encontramos al llegar. Qué más podía pedir??!! Con el mono que tenía yo de montaña…
Después de un paseo nos arreglamos un poco… la idea era salir pero el precio de las cervezas (8€) no nos convenció así que hicimos una pequeña “kitchen party” (como dicen allí) con unos amigos italianos.
El día siguiente prometía, rodeamos el lago que tanto nos impresionó el día anterior y nos hicimos fotos en cada rincón… Con la cámara en mano y las expectativas bien altas, por los comentarios de nuestros amigos Erasmus, fuimos a ver la pista de salto de sky. Cuál fue nuestra sorpresa cuando vemos que era todo cemento…. La nieve se había derretido sólo unos días antes y no la pudimos ver en su esplendor… otra vez será??
Después de ver el palacio con su cambio de guardia y ya con la compañía de Silvia (que nos abandonó por un trabajo que la tenía de los nervios ;))nos dirigimos a una fortaleza, con el “sea port ” de fondo.
Nos dimos unos minutos para descansar mientras esperábamos un barco que nos llevaría a una isla donde se podía ver el alto nivel de vida de los nativos… lanchas y skies eran complementos necesarios en los garajes de sus casas de madera.
Las fuerzas iban desapareciendo así que después de volver a casa tampoco hubo tiempo para disfrutar de una cerveza en el país más caro del mundo…
Al día siguiente vimos un parque dominado por estatuas desnudas y es que, aunque el sol acompañaba, era inevitable imaginarlo cubierto de nieve con niños escondiéndose tras las estatuas mientras juegan a una guerra de bolas.
Lo cierto es que no teníamos mucho tiempo para disfrutar de la ciudad pero nos llevamos un buen recuerdo porque Erick fue un encanto, nos llevo a un edificio desde donde se puede ver toda la ciudad, nos hizo una cena al día siguiente, nos dio sus llaves por si teníamos algún problema y necesitábamos volver…. Por eso no nos sorprendió las cientos de cartas de agradecimiento sujetadas en el frigorífico con imanes.
Sin duda podemos decir que en el viaje pudimos disfrutar además de unos paisajes increíbles, de una compañía mejor, si cabe.
Gracias ryanair y couchsurfing por haber hecho posible esta experiencia ;)
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