Conociendo la ciudad

23/09/2009


Era un miércoles por la mañana y habíamos quedado para ir a una fiesta que organizaban los estudiantes de mi facultad. Eran las 10 de la mañana y comenzaba a chispear. Esperabamos el autobús que nos llevaría al canpus cuando comenzamos a ver gente con gorras de visera larga y cadenas por el cuerpo. Pronto comenzamos a sospechar que comenzaban las novatadas de las fraternidades y nos transmitimos el miedo de unas a otras pensando que seríamos un blanco perfecto. Sin ánimo de terminar aquél día llenas de huevos o algo peor decidimos cambiar de planes.

Así empezamos a descubrir la ciudad.

Queriendo encontrar las famosas escaleras desde las que se ve todo Liege acabamos dando un paseo que nos hizo descubrir que la calle st Gilles, donde vivimos, tiene más de 500 casas además de una iglesia y un cementerio. Aquella parte de la ciudad está llena de parques que en ese momento lucían los colores del otoño.






















Decidimos entonces que nuestra siguiente parada sería una cúpula verde que se ve desde la estación de tren.
Nos costó llegar hasta allí, parecía que jugaba con nosotras escondiendose entre las casas a cada paso que dabamos. Por fin llegamos y como no estaba derruida, como cada monumento y edificio de aquí no está nada cuidado, con lo impresionante que podía ser....
Cuando llegué Liege me parecía muy gris pero poco a poco descubres sus rincones que te hacen ver cada día el encanto de esta ciudad.


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